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  • Foto del escritorMaritza López Lasso

Ejercicio para liberar las tensiones mentales – El niño relajado

El niño relajado es un ejercicio que se practica con una respiración natural recitando, como todos los ejercicios de esta serie, el nombre del ángel regente. Este ejercicio activa la circulación sanguínea en la cabeza, revitalizando todas sus partes; tonifica el diafragma; favorece el tránsito intestinal; relaja y tonifica los ojos. Entre los beneficios metafísicos, libera las tensiones mentales y favorece la relajación, aportando la paz interior.


La energía que hemos asociado a este ejercicio es la energía de color oro y amarillo de Lauviah, decimoséptimo ángel según el calendario angelical N°1, el cual puedes encontrar en nuestra página PositivaMentepty Lauviah es el protector de las personas nacidas entre el 11 y el 15 de junio y el significado de su nombre es “Dios que revela”.



Entre los 72 ángeles de la cábala hay otro que lleva el mismo nombre que este, pero de otro número y con otras cualidades. Se dice que estos dos ángeles se completan. El ángel Lauviah número 11, cuya regencia va del 11 al 15 de mayo) es el ángel de la victoria, de la expansión del entusiasmo y del éxito y lo vimos anteriormente. Es un ángel diurno y de acción, mientras que el ángel Lauviah número 17, que es el que estamos viendo ahora, es un ángel nocturno, que trabaja desde el interior y que nos hace recibir revelaciones por medio de los sueños o de las ensoñaciones.


Una de las cualidades del Ángel 17 Lauviah es el apoyo que él da en medio de los tormentos y la tristeza. Lauviah nos ayuda a percibir los grandes misterios del Universo durante la noche por medio de sueños. Nos provee, además, de un don para la música, la poesía, la literatura y la filosofía trascendentes.


Entre las distorsiones de esta energía domina el ateísmo, la vida perniciosa y la mentira. Podría ser un falso profeta o mago, entrar en profundos estados de depresión o de tristeza, de hiperactividad, o bien de insomnio.


Para llevar a cabo este ejercicio debes estar de pie con los pies ligeramente separados. Los brazos, relajados, reposan a un lado y el otro del cuerpo. Extiende los brazos por encima de tu cabeza inspirando profundamente el nombre de Lauviah; espira y afloja toda la parte superior del cuerpo llevándola hacia adelante, los brazos caídos, el cuello suelto, y el tórax, los hombros y las manos completamente relajados.


Quédate en esta posición durante algunos minutos, llevando tu consciencia a la médula, en la parte de atrás de la cabeza. Lo que cuenta aquí no es llegar a tocar el suelo con las manos, sino de estar lo más relajado posible.


Nota importante

Si padeces de alguna lesión en los discos vertebrales o eres una persona mayor, es imprescindible seguir los siguientes pasos:

1. Los pies como dices bien anclados pero a una distancia paralela a los huesos de la cadera.

2. Cuando subas o bajes debes poner el estómago adentro para que los músculos abdominales ayuden a sostener la columna.

3. Subir lentamente, vertebra por vertebra.


Recuerda que la respiración es libre y natural y se hace recitando el nombre del ángel escogido. En este caso, Lauviah.


Acompaña este ejercicio de la mano de una visualización inspirada en sanar nuestro niño interior:



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