Ser Madre y la Ley de la Atracción
- Maritza López Lasso
- 4 dic 2017
- 2 Min. de lectura
Las madres tenemos un rol muy importante en la existencia de nuestros hijos. Servimos de vehículo para su venida al mundo y deberíamos proveer estabilidad, especialmente durante los primeros tiempos. Sin embargo, muchas veces comprendemos mal nuestro rol e intentamos controlar la conducta de nuestros hijos, doblegarlos como se doma a un animal salvaje. Creemos que somos responsables de ellos para toda la vida y violamos su autonomía.

Nuestros hijos han venido a este mundo, al igual que nosotros, a CREAR una experiencia maravillosa, parecida a una pieza de teatro, en la cual ellos son el director y, al mismo tiempo, el actor principal. Hay otros actores (secundarios) con los que se cruzan a lo largo de su vida, pero estos son pasajeros; se quedan el tiempo necesario para comprender mutuamente las lecciones que necesitan asimilar para seguir avanzando.
Si alguno de los actores Implicados en la experiencia asimila la lección y los otros no, éste puede salir de la escena y seguir avanzando hacia otras experiencias. A veces tenemos tendencia a sobreproteger a nuestros hijos. Pensamos que dado que somos mayores que ellos y que llevamos más tiempo viviendo en la tierra, sabemos más acerca de cómo deben vivir su vida.
No nos damos cuenta de que ellos, a pesar de su corta edad, saben mejor que nadie las razones por las que vinieron a este planeta y las experiencias que escogieron o aceptaron realizar. Queriendo protegerlos les traspasamos nuestros miedos y nuestras creencias limitadoras.
El regalo más importante que podemos ofrecer a nuestros hijos es no intentar controlar ni su conducta ni sus pensamientos y alentarlos a escuchar su yo interior o conciencia o guía interior. Y la mejor manera de lograr esto es practicándolo nosotros mismos, enseñar con el ejemplo.
Si tenemos miedo hacia la vida o si pensamos que el mundo es inseguro, haremos de nuestros hijos seres temerosos. Pero si nos preocupamos por nuestro equilibrio personal, podremos servir de ejemplo e influencia a nuestros hijos para que encuentren su propia guía.







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