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Soy Fuego, soy poder – Meditación de empoderamiento

  • Maritza López Lasso
  • 12 oct 2018
  • 8 Min. de lectura

Como muchos humanos he pasado una buena parte de mi vida preguntándome quién soy y para qué he venido a este mundo. Cuando los problemas de la vida me avasallaban renegaba contra mis padres por haberme traído a este mundo caótico en contra de mi voluntad. Pensaba que no tenía ningún control sobre mi vida, que yo era lo que otros habían querido que fuera.

Gracias a la escritura y a un profundo trabajo sobre mí misma he logrado comprender que soy la creadora de mi propia realidad y que creo esta realidad por medio de mis pensamientos, sentimientos y acciones. Que soy un imán, y que atraigo hacia mí tanto lo que quiero como lo que no quiero por el simple hecho de prestarle atención. De modo que he decidido prestar atención solo a lo positivo, a lo que quiero en mi vida.

Cuando algún evento crea una emoción negativa en mí o cuando algún trastorno del pasado me alcanza, transformo dicha energía negativa en positiva. Una manera de hacerlo es por medio de la llama violeta.

La llama violeta es una energía espiritual invisible que ven de color violeta quienes han desarrollado la visión espiritual. En siglos pasados, el conocimiento de la llama violeta se revelaba solo a unos pocos elegidos que hubieran demostrado ser dignos de ella, como Santos y adeptos de Oriente y Occidente. Este conocimiento, que por mucho tiempo se mantuvo secreto, no se reveló a las masas hasta el siglo XX.

Además de transformar la energía negativa en positiva, la llama violeta nos revitaliza y nos llena de energía; puede sanar problemas físicos y emocionales, mejorar relaciones personales y hacer la vida más fácil; sin contar con la sanación de heridas ligadas a vidas pasadas. También se puede utilizar para alcanzar una vibración mucho más elevada.

Quiero compartir contigo una meditación que te ayudará a limpiar tu energía y a transmutar situaciones que no quieres más en tu vida. También te ayudará a comprender que eres mucho más importante de lo que imaginas.

Para esto voy a pedirte que busques un lugar en el que puedas permanecer tranquilo/ permanecer tranquila por algunos minutos. […] Siéntate con la columna recta y la cabeza levantada como si un hilo invisible te uniera al cielo… y cierra tus ojos. Recorre con tu mente todo tu cuerpo comenzando por tus pies y en cuanto encuentres un lugar tenso, relájalo. […] Inhala… Exhala… Inhala…

Imagina que caminas descalzo, que caminas descalza, por un prado de hierbas bajas. Siente el agradable contacto del césped en tus pies. Siente las ondas de energía provenientes de la tierra recorriendo tu cuerpo. Te detienes para disfrutar mejor del momento. […] Inspira profundamente. […] Un grato olor entra por tus fosas nasales. Inspira profundamente tratando de identificar la fragancia. Es un aroma que te parece celestial… mezcla de lavanda y de lirio. Inspira… Espira… Inspira… el aroma es ahora más intenso, con un esbozo de clavito de olor. Inspira profundamente… Con tus pulmones impregnados de la fragancia, sigues caminando por un sendero de piedrecillas y pétalos de rosas de variados colores. Ante tus ojos se despliega un exuberante jardín con flores variadas dispuestas por tipos y colores.

Hacia tu izquierda hay lirios blancos, amarillos, rosados; heliotropos de distintos tonos de violeta; alhelís blancos y rosados. A tu derecha, lavanda, jacintos y geranios de diversos colores y, hacia el fondo, un manto de rosas amarillas.

Inspira profundamente […] Tanto el olor como la apariencia de esas flores parecen tener vida propia. Siente cómo la fragancia se va expandiendo en tu interior llevando una alegría placentera a cada uno de tus órganos, sanando a su paso cualquier malestar. Una rosa amarilla con bordes rojos llama especialmente tu atención. Siente su fragancia. […] acaríciala. Siente su textura aterciopelada y disfruta del brillo y la gradación de los tonos.

Continúas por el sendero y entras ahora en otro jardín. Un jardín mágico. Un jardín en el que las plantas son de colores muy vivos e inusuales en la tierra. Transparentes y brillantes como si fueran de cristal. Las plantas tienen luz propia y se mueven como si estuvieran danzando, mostrando su alegría de ser y de estar en ese lugar. Estás tan maravillado, tan maravillada, admirando ese prodigio que no te das cuenta de que lo que parece una simple luz, son en realidad llamas. Esas llamas están ahí, entre y en el interior de las flores, pero no las queman.

Hay llamas azules, amarillas, blancas y verdes, pero la que en realidad te llama la atención es el reflejo violeta que se encuentra al final del jardín. Te acercas a ese lugar y descubres matojos de lavanda dispuestos en forma de círculo. Una serie de lenguas de fuego de color violeta sirve de corona a las flores de lavanda. Un sinnúmero de estrellitas intermitentes parece danzar al son de una música inaudible.

Tienes presente que la llama violeta ayuda a transmutar situaciones negativas. Recuerdas el resentimiento que siempre has tenido con tu familia, sobre todo con tus padres, y ese sentimiento tan terrible de que nadie te quiere y de que no tienes ningún valor. Recuerdas también otras circunstancias que te incomodan y consideras que ha llegado el momento de terminar con esos sentimientos tan desagradables, de modo que te dispones a hacer las invocaciones y los decretos para transmutar todo lo que no quieres en tu vida. […]

Contemplando la belleza de las llamas violetas, invocas la presencia del amado arcángel Miguel. Arcángel Miguel, Arcángel Miguel, Arcángel Miguel, por favor protégeme.

Visualízate rodeado/rodeada de una hermosa luz de color azul. Inhala la luz que te rodea. Exhala. Permite que esa luz protectora que te rodea entre en tu interior y te sane, que te fortalezca para eliminar el miedo, la negatividad, la ansiedad.

Pide ahora la presencia de tu Yo superior, esa parte de ti que está en contacto con el Gran Creador. Pide también la presencia del Arcángel Zadquiel, el regente del rayo violeta, así como de los ángeles de la llama violeta. Siente la paz, la calidez, el amor del séquito celeste.

Imagina que entras al centro del fuego acompañada de la energía de Zadquiel. Las llamas color violeta forman un cilindro de dos metros cubriéndote desde tus pies hasta por encima de tu cabeza. Siente la caricia de las estrellitas. Siente la calidez de la llama. Te sientes seguro/segura, protegido/protegida.

Repite ahora tres veces el siguiente decreto sintiéndolo profundamente en tu corazón e imaginando que lo que pides te es acordado.

Desde mi poderosa presencia YO SOY en mí, invoco el poder y la acción transmutadora, liberadora y de perdón de la llama violeta para que actúe en (menciona aquí tu petición; los asuntos que quieres transmutar). […] Que su poderosa acción resulte en bendiciones de luz, amor, sanación y verdad. Así es, hecho está. GRACIAS.

Vamos a repetirlo otras dos veces:

Desde mi poderosa presencia YO SOY en mí, invoco el poder y la acción transmutadora, liberadora y de perdón de la llama violeta para que actúe en (menciona aquí tu petición; los asuntos que quieres transmutar). […] Que su poderosa acción resulte en bendiciones de luz, amor, sanación y verdad. Así es, hecho está. GRACIAS.

Por última vez, sintiéndolo con el corazón.

Desde mi poderosa presencia YO SOY en mí, invoco el poder y la acción transmutadora, liberadora y de perdón de la llama violeta para que actúe en (menciona aquí tu petición; los asuntos que quieres transmutar). […] Que su poderosa acción resulte en bendiciones de luz, amor, sanación y verdad. Así es, hecho está. GRACIAS. […]

Escucha ahora las palabras que el arcángel Zadquiel tiene para ti:

«Te has preguntado muchas veces quién eres y lo que has venido a hacer en la Tierra. […] Quiero que sepas que eres un ser magnífico, miembro de la Familia de Luz. Como muchos humanos que están reencarnados actualmente en la Tierra, escogiste venir en esta época en la que está a punto de producirse un gran salto evolutivo, con la tarea de crear un movimiento, hacer un cambio y ayudar a la transición.

»No te tortures por eventos pasados. No olvides que es en el ahora que está tu Poder. En el ahora construyes tu realidad futura. Si deseas tener un futuro lleno de luz, debes tener pensamientos positivos. Recuerda que tus pensamientos crean tu realidad, que atraes lo que piensas.

»En el mundo inmaterial eres considerado como un héroe porque has venido un número incontable de veces a este planeta de tercera dimensión para, con tu experiencia, contribuir al crecimiento de ese mar de consciencia que es Dios.

»Sabías que cada vez que te reencarnaras en la Tierra olvidarías tus objetivos, pero aun así quisiste hacer la experiencia. Escogiste a tus padres porque ellos poseían características que tú debías trabajar en esta vida. Y tanto tú como ellos lo están haciendo muy bien. Todo lo que hagas está bien. Nadie te juzga. No puedes equivocarte porque todo es experiencia.

»La humanidad es un experimento cósmico. Fue diseñada para una mayor autoexploración, autogratificación y autoexpresión del Gran Creador de todo lo que es.

»Es importante que sepas que tú y el resto de los humanos que han venido a experimentar este salto evolutivo no están solos. Muchas energías están llegando a la Tierra en estos momentos para participar en este gran proyecto. Hay rayos de luz que están llegando a la Tierra desde viejos y antiguos sistemas de estrellas que han estado colaborando con ustedes desde hace cientos de miles de años. Estos rayos de luz/información están siendo enviados hacia el planeta.

»Ese salto se llevará a cabo por medio del AMOR. El AMOR es la Clave. El AMOR es lo que crea al Universo. La actual tecnología terrestre se desarrollará solo hasta cierto punto porque la humanidad aún no ha comprendido que el amor es necesario. Cuando uno tiene amor, todas las posibilidades existen. El Plan es hacer regresar los antiguos conceptos de luz, que es información, y de amor, que es creatividad.

»Tú mismo, como el resto de los humanos que están reencarnados en esta época, escogiste estar aquí. Tienes la asignación de recuperar tu memoria y de llevar el valor de la existencia humana a la delantera de la creación. ERES necesario. Te has estado entrenando para esta misión durante muchas vidas. Te has preparado.

»Todo lo que necesitas saber ahora está dentro de ti y tu tarea es recordar tu entrenamiento. En esta vida no se te enseñará nada nuevo. Lo único que tienes que hacer es recordar lo que ya sabes. Cada vez que puedas repite con Fe: Soy Fuerza; soy Amor; soy Poder».

La imagen del Arcángel Zadquiel se disuelve, pero tú te quedas impregnada, impregnado de su energía. Siente cómo las llamas queman los resentimientos ligados a esta y otras vidas. […] Siente cómo tu memoria florece… haciéndote recordar la grandeza de tu ser y la importancia de tu misión. […]

Cuando estés listo, cuando estés lista, estírate, toma consciencia del lugar en el que estás y abre los ojos. […]

Cada mañana, cada noche, y cuando tengas la ocasión, repite las últimas palabras del árcángel Zadquiel: “Soy Fuerza; soy Amor; soy Poder” sintiéndolo en lo más profundo de tu ser.

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Soy Maritza López Lasso, y es un inmenso placer para mí compartir contigo este material. Gracias

Encuentra la meditación en el siguiente link: https://youtu.be/U8pdY3PeYbc

 
 
 

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