El tercer ojo es un concepto místico y esotérico que hace referencia a un ojo invisible o vórtice energético y etérico que proporcionaría una percepción más allá de lo que se podría percibir con la vista ordinaria.
El tercer ojo, u ojo de la mente, es un símbolo asociado al despertar de la conciencia. Este ojo, atrofiado y hundido, es lo que se conoce hoy en día como la glándula pineal.
Además de favorecer la apertura del tercer ojo, el ejercicio que veremos hoy estimula las fibras nerviosas situadas en la mucosa nasal. La estimulación de estas fibras unidas al ganglio de Gasser, situado en la base del cráneo y conectado a otros nervios craneales, provoca reflejos que actúan por retroalimentación en todo el cuerpo, en particular en la digestión, la vista y el oído. Este ejercicio estimula también la zona entre las cejas y los nervios olfativos que ahí se encuentran y energiza todo el cuerpo.
La energía angelical que hemos hermanado a este ejercicio es la energía color verde de Leuviah, decimonoveno ángel según el calendario angelical N°1, el cual puedes encontrar en nuestra página PositivaMentepty. Leuviah es el protector de las personas nacidas entre el 22 y el 26 de junio y el significado de su nombre es “Dios que se acuerda”.
Cuando se trabaja con la energía de este ángel, o sea, cuando se medita con su vibración, nuestra inteligencia se expande. Este ángel nos abre las puertas de la Memoria (con mayúscula), la de los archivos de la Séfira escondida, DAATH, la gran Biblioteca Universal. Los orientales llaman a esta biblioteca los Registros Akáshicos y son una memoria universal de la existencia, similar a un internet cósmico y representan un espacio multidimensional donde se archivan todas las experiencias del alma incluyendo todos los conocimientos y las experiencias de las vidas pasadas, la vida presente, y las potencialidades futuras.
Además de abrirnos las puertas de los registros akáshicos, la mayor cualidad de Leuviah es el perdón; también, nos ayuda a descubrir cuál es la principal misión que tenemos en esta encarnación.
Entre los aspectos negativos del ángel Leuviah domina la inmoralidad, la desesperación, las pérdidas y el derroche. Otras distorsiones son la amnesia y la enfermedad de Alzheimer.
Para realizar este ejercicio voy a pedirte que te pongas de pie. Con las piernas rectas y los pies paralelos a una distancia del ancho de la cadera expulsa totalmente el aire de los pulmones por medio de un gran suspiro luego lleva a cabo una inspiración completa (llevando el aire primero al vientre, luego al tórax y a los hombros) invocando el nombre de Leuviah y retén el aire.
Con los pulmones llenos de aire, lleva las manos a nivel del rostro, aprieta la nariz con tus dedos pulgares e inclina el busto ligeramente hacia adelante [ver figura] y balancéate de izquierda a derecha y de derecha a izquierda subiendo y bajando el torso varias veces.
Después de algunos segundos expulsa con fuerza el aire por las fosas nasales apartando rápidamente las manos y extendiendo los brazos hacia los lados. Ahora afloja la parte superior del cuerpo hacia adelante como en la postura del niño relajado y respirando de manera natural invocando a Leuviah, mantén esta postura durante varios segundos. Finalmente vuelve a colocarte en posición vertical, subiendo lentamente, vertebra por vertebra.
Realiza este ejercicio al menos tres veces.
Quiero compartir contigo una meditación para que visites tus registros akáshicos y que, gracias al análisis de alguna vida pasada, comprendas la razón por la que estás viviendo las actuales experiencias y recibas guía para caminos hipotéticos en las experiencias por venir.